En las pruebas bioquímicas de rutina, comúnmente se utilizan tubos amarillos con activador de coágulo sanguíneo y gel de separación de suero o tubos rojos con activador pero sin gel. La formación de fibrina puede ser inestable si la cantidad o concentración del activador es inadecuada, dando lugar a un suero gelatinoso. El tiempo de centrifugación también importa; si la sangre se centrifuga demasiado pronto, los glóbulos rojos y las plaquetas se desprenden de la red de fibrina, dando lugar a un suero gelatinoso. Factores fisiológicos y patológicos, como el infarto de miocardio o el tratamiento con heparina, también pueden provocar un suero gelatinoso. En tales casos, puede resultar útil remover el coágulo y aspirar el suero sin él. El aspecto gelatinoso puede deberse al tipo de tubo, la técnica de recolección o anomalías en la muestra, lo que requiere atención para garantizar la precisión de la prueba.